martes, 28 de julio de 2009

-Es evidente que me apresuro hacia algún conocimiento
que encierra una secreta verdad imposible de reconocer,
cuyo alcance entraña mi destrucción y me quema las entrañas.
Supongo que es absolutamente imposible concebir la naturaleza de mis emociones,
sin embargo una incesante curiosidad de penetrar en los misterios de estas espantosas regiones
predomina sobre mi desesperación y me reconcilia con el aspecto más horroroso de la vida.
Un sentimiento para el cual, tan deliberadamente, no encuentro nombre
se ha apoderado de mi carcomida alma convirtiéndola en una ruina
sin querer ya, reconocer una existencia anterior.
Jamás, se que jamás negaré la naturaleza de estos sentimientos
que no admiten análisis alguno.
Paralizado, convertido en un ser melancólico que vaga, encarcelado en mi ardiente imaginación,
entregado ya solo a mis apasionados pensamientos,
a los recuerdos más intensos.
Trastornado, en una bruma de desolación, me consumo lánguidamente
tan solo consigo respirar al imaginarte, tu presencia me estremece y palidezco cuando te acercas.
Mi enfermedad se llama amor y su consecuencia, en la extraña anomalía de mi existencia
esta insana locura.
El sufrimiento es múltiple, multiforme y mueve sin cesar este extraño escenario
donde me pierdo
en la insufrible vorágine de este círculo que gira y vuelve siempre
al eterno lugar donde comienza tu sonrisa.-

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