miércoles, 30 de septiembre de 2009

-Odio al amor
el mismo que por fin me encontro
y que, como regalo
me sentó tan cerca de la gloria.
Nunca más, lo se.
Odio a a la soledad
por su lealtad, su oportunismo
su fiel compañia
y la manera que tiene de burlarse de mi.
Odio este sentimiento de culpabilidad
que consigue anular toda mi mente,
me bloquea inutilmente
y me maneja a su insultante antojo.
Odio al mar
siempre en mi corazón,
presente y doloroso
tan lleno, repleto de todo
y tan lejos como el primer día.
Odio mi cobardía
y a todo mi ser,
como la carroña putrefacta
goteando, intentando encontrar
un último aliento.
Me odio
por compasión y costumbre,
un poco más si cabe.-

martes, 28 de julio de 2009

-Es evidente que me apresuro hacia algún conocimiento
que encierra una secreta verdad imposible de reconocer,
cuyo alcance entraña mi destrucción y me quema las entrañas.
Supongo que es absolutamente imposible concebir la naturaleza de mis emociones,
sin embargo una incesante curiosidad de penetrar en los misterios de estas espantosas regiones
predomina sobre mi desesperación y me reconcilia con el aspecto más horroroso de la vida.
Un sentimiento para el cual, tan deliberadamente, no encuentro nombre
se ha apoderado de mi carcomida alma convirtiéndola en una ruina
sin querer ya, reconocer una existencia anterior.
Jamás, se que jamás negaré la naturaleza de estos sentimientos
que no admiten análisis alguno.
Paralizado, convertido en un ser melancólico que vaga, encarcelado en mi ardiente imaginación,
entregado ya solo a mis apasionados pensamientos,
a los recuerdos más intensos.
Trastornado, en una bruma de desolación, me consumo lánguidamente
tan solo consigo respirar al imaginarte, tu presencia me estremece y palidezco cuando te acercas.
Mi enfermedad se llama amor y su consecuencia, en la extraña anomalía de mi existencia
esta insana locura.
El sufrimiento es múltiple, multiforme y mueve sin cesar este extraño escenario
donde me pierdo
en la insufrible vorágine de este círculo que gira y vuelve siempre
al eterno lugar donde comienza tu sonrisa.-

miércoles, 10 de junio de 2009

-Conozco las reglas del juego
estoy acostumbrado a perder,
atormentado, me despierto
con el amargo sabor de las esperanzas
que no prosperan,
y cada noche la misma encrucijada,
como un nuevo espectador,
sin prisas por huir me dejo caer
y mancillo mi mente,
chorrean los sentimientos como sabia caliente,
con estos anhelantes deseos
que anulan la razón.
Lo visceral sería abandonarse, dejarse llevar
por el instinto…
el resto es ir muriendo lentamente.
Conozco las reglas, mi ausente sonrisa
sabe que soy mi peor enemigo
intuye que no quiero la verdad
y que por esta vez, quizá,
no acataré las reglas.-

lunes, 8 de junio de 2009

-Me es extrañamente difícil, sin que confusas palabras se agolpen poder explicar, que las noches han cobrado un nuevo y desconocido significado.
Ahora, cuando creía que ya no podía sentir absolutamente nada, solo deseo cerrar los ojos, dejarme llevar y extinguirme en el más profundo de los sueños.
Es entonces cuando la angustia me desborda, es absurdo porque se, que en seguida te encontraré, o no, pues últimamente eres tú, la que me encuentra a mí.
Siempre me horroriza hacerte daño de alguna manera o decir alguna estupidez de las mías y que desaparezcas, te desvanezcas dejándome en este negro vacio que es, la rutina de mis pesadillas.
Tú siempre consigues que todo fluya, logras que olvide mi vulnerabilidad, a tu lado todo se me antoja tan puro, tan fácil y simple…y yo, me siento tan torpemente agradecido.
No sabes cómo logras cautivarme con tu mirada, con tu fantasmal presencia. Tu sonrisa me atrapa, me perturbas y con tu voz, me haces tuyo para siempre.
Pensar que en cualquier instante, tú quisieras, o yo me atreviera a abrazarte, hace que el deseo sea casi insoportable.
Conozco esas sensación y se, que la vida raramente da segundas oportunidades y es entonces, cuando no puedo evitar comparar el momento con la eternidad.
Una corta noche mas y aquí estas, violando mi mente, convirtiendo estos húmedos sueños en inalcanzables. Atormentas todos mis sentidos, dándoles ese calor que tanto necesita un alma. Cada paso que nos acerca, es mucho más de lo que puedo aguantar, cada anhelante suspiro, cada suave caricia, es mucho más de lo que ya nunca podre alcanzar.
Si pudiera suspender el tiempo y retozar perpetuo en este estado catatónico…lo que llegue entonces, todo lo demás, sería un regalo.
Pero eternamente despierto y te evaporas, el vacio y el silencio se apoderan de mí como una fría losa, aún así consigo relajar mi agitada respiración pues se, que la chirriante e irracional maquinaria que es mi mente, no tardara en ponerse a funcionar, para traerte de vuelta.
Por poco que sea, cada noche ocurre más de lo que cualquier persona en su sano juicio, pudiera o quisiera aguantar, desafortunadamente ese no soy yo, últimamente mi “juicio” me tiene desorientado, se burla de mí, me juega malas pasadas y por mucho que duela, siempre te busco (tan inútilmente a veces), por cada rincón de mis sueños.
Y así, una y otra vez te hallo, te deseo y rezo por tener la oportunidad tan solo, de poder rozar tu piel.
Que diferente es la vida real y la soñada, que irónica e imposible es la realidad, pero que fácil es disfrutar, sentir o llorar en este “segundo plano” y que perdedor me siento…si, pero me resigno porque se, que es irremediable, se que te necesito, aunque solo sea un fugaz instante.
Mientras la vida pasa delante de mis ojos cerrados, el devenir de las horas, como un viejo e inservible reloj de arena me recuerda, que queda muy poco para que llegue de nuevo mi momento y sonrío,
quizás hoy, esta noche…consiga un beso tuyo.-

domingo, 7 de junio de 2009

-Aún hoy, sigo moviéndome en silencio, a escondidas procuro pasar desapercibido suavizando mi presencia translucida.
Mis hombros llevan el peso de mis eternos miedos y arrastran una apropiada culpa que consigue paralizarme cada nuevo amanecer.
Ese soy yo, estandarte de la tristeza, simple, desbordado por los recuerdos, de mirada amarga y perdida, con el corazón ennegrecido y arrítmico.
Tan llena mi alma de vacios que me impiden florecer... tan oculto mi interior, sin color, sin forma.
Demasiados años a mi lado, mi fiel aliada, la soledad, ya ni siquiera intenta disimular cuando se ríe de mi, cada vez que me atrevo a imaginar, a soñar despierto con el amor.
Pero no me importa, si ha de ser así, si así he decidido que sea, ya que patéticamente es la única forma que me recuerda, que no estoy muerto y es la manera de poder tener la oportunidad de volver a sentir, aún sabiendo con ello, que luego llegará la decepcionante realidad.
Lo único que el transcurrir de los años no ha conseguido destruir, ni tan siquiera minar, es mi imaginación.
Siempre tan mordaz, irónica, sarcástica, rozando el cinismo y sobre todo, traicionera.
Con esta insensata fantasía que me acosa de una manera tan brutal, ella consigue traicionarme hoy nuevamente, para traerte a mis pensamientos en cada segundo del día.
Así, sueño despierto y es en estos cortos pero perpetuos instantes, donde te puedo sentir cerca.
Juego a caminar hacia ningún lugar, a tocarte…codicio tu olor, siento como me abrigas con tu sonrisa, saboreo excitado cada falso dialogo contigo o pienso lo que sería pasar un real, pero fugaz instante a tu lado
Pero se, que tan solo eso, es mucho más de lo que me merezco y las lagrimas se encargan siempre de recordarme, que estoy a un solo aliento tuyo, para rasgar el fino hilo que me separa de la locura.
Aún así, todo el valor que se esconde o que perdí en la vida, es el responsable de arañar la superficie de mi mente para enviarte siempre de vuelta.
Siempre me compensa, por mucho que duela, descubrirte poco a poco. Me da fuerzas suponer, como me ves a través de tus ojos y aunque se, que lo que descubres es negativo, me conformo, porque tu consigues hacerme mejor persona poco a poco.-